miércoles, 30 de septiembre de 2009

MANUAL DE SEPARACIONES

La reciente disputa entre el Indio Solari y Skay puso sobre el tapete la cuestión de si la verdad debe prevalecer por sobre los comunicados emocionalmente correctos a la hora de anunciar el fin de una banda. En el caso de los referentes de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, colisionaron los dos aspectos que hacen a esta cuestión: la necesidad de ser mesurados para mantener el mito en alto contra los motivos reales, alentados por la desconfianza.
En suma, chocaron la posibilidad del rédito de una reunión contra factores que presumen imposible retomar la senda del trabajo en conjunto. Todo indica que el incidente entre vocalista y violero dinamita el anhelo, siempre vociferado en los shows de uno y otro, de que Los Redondos "se vuelvan a juntar". El rock argentino ya tiene una tradición de "salidas elegantes", acaso iniciada con Almendra. Vale recordarlo, cuando el cuarteto decidió parar, la muletilla fue "no nos separamos, nos multiplicamos" y aludió al hecho de que desde sus costillas nacían tres grupos: Color Humano, Pescado Rabioso y Aquelarre.
Pero desde los años ochenta, cuando el rock nacional se masifica y logra alcance continental, el trabajo se volvió intenso y, por ende, las posibilidades de desgaste se acrecentaron. Las giras, las presiones generales, el armado de grandes estructuras, los dividendos. Todo afectó el normal desarrollo de las relaciones dentro de una formación.
Palabra de manager
Ahora bien, ¿cómo debe comunicarse una fractura? ¿Existe un manual de estilo para despedidas? Por otro lado, ¿quién podría redactarlo? Los agentes de prensa, que trabajan con los músicos y son el nexo entre éstos y los medios. Juntos, evalúan el cuadro de situación y tratan de equilibrar fantasía y realidad. Jorgela Argañaraz, agente de Fito Páez y Los Pericos, cuenta que "las bandas prefieren no dar los motivos internos de una ruptura, por lo general". "La verdad es que siempre son decisiones del grupo -añade-. Conmigo sólo se discute para llegar a una mejor conclusión. Cuando es muy evidente lo que sucede, es complicado negarlo". A su turno, Amelia Álvarez (Cerati, Miranda!, Los 7 Delfines) fija posición del siguiente modo: "En la vida, soy de las que creen que es mejor decir la verdad con la mayor cordialidad posible para no coleccionar enemistades. Son energías pesadas para llevar encima. Nunca nadie tiene la verdad absoluta y cada parte (si se es empático) puede ser comprendida". "Dar vueltas o no ser claro genera más misterio y eso hace que se produzcan inquietudes (y preguntas) externas. Como estrategia puede valer, pero hoy todo tiende a parecerse a la guerra de las vedettes en el verano. ¿Viste lo que pasó con Skay y el Indio? Queda todo eso guardado y cuando sale es como destapar una olla que acumuló y acumuló presión", redondea Álvarez para luego cerrar con un contundente: "Mejor estar al día y sin vueltos con todo en la vida, ¿no?". María Nolte (Massacre, Estelares, Catupecu) se inclina por una posición más estratégica: "Hay que ver cuáles son las razones, qué tan duras son, y luego evaluar qué y cómo comunicar". Similar posición tiene Natasha Tieffenberg (Daniel Grinbank): "Todo depende de cuáles sean los motivos reales".
Caso por caso
Entre la seriedad y la elusión del conventillo, entonces, en los últimos años se tejieron historias en relación con las rupturas de Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Los Piojos. Soda tuvo gira de despedida y otra más reciente de bienvenida. Los Cadillacs no resistieron una batalla de egos y el lastre de ser señalados como una "empresa". Los Redondos cerraron todo de modo abrupto y, como habían hecho un culto del hermetismo, se ampararon en él para no dar explicaciones. Extraoficialmente, y no tanto, trascendió que Los Piojos fueron víctimas de la tiranía ejercida por su vocalista, Andrés Ciro Martínez. Más sobria y atinada resultó la de Bersuit, si es que puede tomarse como separación definitiva: ningún conflicto aparente, discos solistas sin pompa ni circunstancia. Un chau que se corresponde con una idea copada: un grupo de rock es apenas un pedazo de nuestras vidas.
Cada uno lo recuerda como quiere...

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